Hace ya más de dos décadas que las carreras de Trail Running, o lo que es lo mismo, carreras por la montaña, con variedad de desniveles, terrenos y distancias, se empezaron a extender por nuestro país. 

Por aquel entonces, lo de correr en montaña era visto desde fuera como algo extraño, minoritario y la mayoría de veces se tachaba de “locos” o “temerarios” a aquellos deportistas que se animaban a practicar este tipo de competiciones. 

De aquella época, e incluso años antes, recuerdo leer artículos sobre Quico Soler y Agustí Roc (el primer gran campeón de Esquí de Montaña, o Travesía, que se pasó a correr a pie en montaña). Luego aparecería un joven catalán, que era una máquina esquiando en montaña en invierno y que empezó a darse a conocer también corriendo a pie en primavera y verano, hablamos del enorme Kilian Jornet, el hombre de los títulos, los récords y los proyectos o desafíos contra el crono que aún hoy nos siguen dejando boquiabiertos.

Entretanto, las carreras de montaña —a las que aún no se conocía mayoritariamente bajo su denominación en lengua inglesa, Trail Running—, empezaban a ser una amalgama de distancias y desniveles sin una organización muy reglada, hasta el punto de que en España se competía bajo el ámbito de la Federación Española de Deportes de Montaña y Escalada (FEDME), pero en los Mundiales de aquella época, nuestros atletas no acudían como selección española, sino como selección del País Vasco, Baleares, Cataluña, Castilla León, Madrid o cómo correspondiera a su licencia autonómica.

Ya en 2004 la Real Federación Española de Atletismo creó su primer Campeonato de España de Carreras de Montaña, sobre una distancia corta, de 13 km aproximadamente, con desnivel en subida y bajada, para estar en consonancia con el Campeonato de Europa de esta especialidad que organizaba desde 2002 la Asociación Europea de Atletismo. Por aquellas primeras ediciones, y posteriormente formando parte de la selección española, estuvieron algunos buenos especialistas del campo a través, sobre todo atletas que se adaptaban bien a circuitos duros, embarrados, con subidas y bajadas continuas… lo más parecido a las carreras de montaña dentro del atletismo tradicional. 

Bajo el amparo de la FEDME se desarrolló un calendario nacional cada vez más extenso, con un campeonato de España anual en diferentes especialidades y una Copa de España con diversas pruebas que ofrecían un sistema de puntuación para llegar a un ránking final. Se competía en carreras en línea e igualmente en los conocidos como Kilómetros Verticales, pruebas con un desnivel positivo muy exigente, y poca longitud en la distancia, por ejemplo 4 km con 2.000 metros de desnivel. Estas carreras requieren el uso de bastones y/o ayudarse los brazos en determinados momentos ante la inclinación que hay que superar.

El gran Jornet

Kilian Jornet empezó a darse a conocer cada vez más en estas carreras de Trail Running, y al catalán nacido en Sabadell y criado en los Pirineos, le daba igual si era una competición de Kilómetro Vertical, si era una distancia media o maratón, por ejemplo 30-40 km o si nos pasábamos a las distancias ultras (podríamos encuadrar aquí las que superan los 60 km). Jornet ganaba sí o sí, batía récords, fue sucesivas veces campeón del Mundo, de esos campeonatos a los que aludíamos anteriormente, en los que no se participaba como selección española. Y más allá de eso Kilian empezó a generar una legión de seguidores que empezaron a leer sus historias, sus libros (tiene tres publicados), a emular sus entrenamientos o a imitar aquellas bajadas imposibles que subía en sus canales de Youtube. Aparte de todo esto, Jornet se convirtió en todo un emblema de la firma francesa Salomon, el gigante de las zapatillas de Trail Running, y ropa especializada en montala, que desarrollaba muchos de sus productos a partir de su atleta bandera.