Se acabó la finta y el sprint. Otra especie en extinción que se nos agota. Cosas del cambio climático. El último eslabón del extremo a pierna natural cuelga las botas y aquel soplo de aire fresco que inundó nuestro fútbol a principios del 2000 se marcha como vino con su sonrisa perenne. En un viaje de ida y vuelta que siempre tuvo parada en Heliópolis, Joaquín supo adaptarse durante más de dos décadas para que su fútbol no perdiera vigencia. De la línea de cal a la media punta, y de ahí al centro del campo como interior para aclarar el juego con su diestra. Betis, Valencia y Fiorentina disfrutaron más que ninguno de su arte. Con su vuelta al Villamarín se ganó un hueco al lado de Luis del Sol y Gordillo.

 

Los mejores chistes de Joaquín salían de sus pies. Burlones y atrevidos, picantes y dicharacheros. Cuando lograba quebrarte la cintura, la carcajada se apoderaba del estadio, preludio del éxtasis final. Joaquín agarraba la pelota y a ti se te dibujaba una sonrisa en el rostro. Expectativa de diversión. Fin de semana largo. Te reías hasta con los chistes malos. Así se premiaba el atrevimiento. Pero cuando la jugada acababa en gol, entonces, entonces cogías ese sombrero cordobés que aparecía en las grandes noches del Villamarín y te lo quitabas. ‘Chapó’ Joaco.

 

Artista del tiempo. Si otro Joaquín, Sabina, alargó su juventud hasta los 50, el verdiblanco no se quedó atrás. Repartió su arte y su juego hasta los 42. En eso también nos engañó a todos, capaz de burlar al tiempo y demostrar una competitividad, una seriedad y un compromiso con el equipo de sus amores que chocaba con esa personalidad sureña y con los innumerables clichés que enterraron a tantos artistas del balón. Seguramente sin pretenderlo Joaquín ha sido la leyenda del tiempo que cantaba Camarón (El sueño va sobre el tiempo// Flotando como un velero). Eso fue Joaquín en el Villamarín, un velero navegando a mar abierto, por más que a él le gustara más Chiquito de la Calzada.

Suscríbete por solo 2,99€

Apoya a un autor y accede a todos

Unirse

0 Comentarios