6 de marzo. Boston. Monday Night Raw. Es su estado natal. No solo Massachusetts, sino también WWE. Suena The Time Is Now, la banda sonora de la adolescencia de muchos españoles. Cuando llega el «Krrr, Amadou!» —muestreo cogido de la canción Ante Up de M.O.P. y referencia a Amadou Diallo, inmigrante guineano tiroteado en el Bronx en 1999—, aparece él. Tiene tiempo de mirar al TD Garden, reflexionar y acordarse de Stu, el cámara que le acompañó en sus entradas desde principios de los 2000. Coge carrerilla, echa a correr y pisa el cuadrilátero. Mira de nuevo. Sigue habiendo niños en primera fila con su camiseta. Sonríe. Es una media sonrisa. Es la mueca del tempus fugit: "Anoche fue la primera vez que entré en el estadio y pensé que podría ser la última".