Tras las “cerillas en
su salsa” que tuvo que comer el Barça en Getafe, el chef Sergio García tuvo a bien presentar como plato único del día un
plato no menos elaborado: “bistec
recalentado”. Así, sin ensalada, ni patatas fritas ni nada. Es decir, que
tocaba masticar. Y mucho. Demasiado para un equipo que, nuevamente y acaso por
estar aún en épocas de pretemporada, salió con poco colmillo para hincarle el
diente a esa carne chiclosa.
Especialmente en una primera parte donde los encargados de
llevar la batuta atacante naufragaban: con un Lewandoski desaparecido, un Pedri
aturullado, un Gavi revolucionado y un Gündogan ardaturaneado. Nadie se ofrecía. Nadie corría al desmarque. Nadie
jugaba al primer toque. Eso sí, todos caían al primer contacto con la correosa
defensa gaditana. ¿Todos? No, un joven canterano resistía los envites rivales.
Era Lamine Yamal, que se desmarcaba, encaraba una y otra vez y daba algo de
profundidad al equipo. El imberbe chaval
no solo dejó en el banquillo a Ansu Fati y a Torres, sino que demostró el por
qué. Le faltan aún kilos de físico pero le sobran arrobas de calidad. De
sus jóvenes botas salieron las mejores ocasiones, casi todas salvadas por
Conán, convirtiéndose en la mejor noticia de la primera parte. No la única,
porque Ter Stegen demostró que sigue en la línea de la temporada pasada. Y es que
si bien el Cádiz apostaba por defender al límite, también contragolpeaba a la
menor oportunidad. Y en la primera de ellas, Roger se plantó solo frente al alemán.
Y si el Cádiz tiene a Conán, el Barça tiene a Sansón, con pelazo incluido.
Al descanso, el run-run recorría un semi vacío (o semi lleno,
según se mire) estadio olímpico: se cumplían ya 135 minutos de liga sin marcar
y el juego seguía siendo demasiado plano y previsible. La entrada de Abde,
junto con la de Ansu, dio la profundidad
que le faltaba al ataque. No en vano, las ocasiones se fueron sucediendo y, pese
a que Conan se empeñaba en evitarlo, parecía cuestión de tiempo que el gol
llegase. Finalmente, Gündogan hizo la
primera demostración de esa calidad por la que se lo ha fichado: gran pared
con Pedri y asistencia para que el canario derribase, por fin, la resistencia
amarilla.
La mala noticia no solo fue que se tardase tanto en encontrar el gol sino que en cuanto se estiró un poco el Cádiz en busca del empate, llegó con cierta claridad a la portería local. A punto estuvo Machís de igualar el partido pero su disparo se fue alto y fue el momento idóneo para que Ferrán Torres se reivindicase. Cierto es que no es lo mismo jugar contra 11 defensas colgados del larguero que con 1-0 y el Cádiz yendo a la desesperada a por el empate. Y así, con el partido abierto y con espacios, el valenciano aprovechó un pase en largo de Lewandoski para sentenciar el partido. Y aún más importante: llevar la tranquilidad a las gradas.
Contrary to popular belief, Lorem Ipsum is not simply random text. It has roots in a piece of classical Latin literature from 45 BC, making it over 2000 years old. Richard McClintock, a Latin professor at Hampden-Sydney College in Virginia, looked up one of the more obscure Latin words, consectetur, from a Lorem Ipsum passage, and going through .
Contrary to popular belief, Lorem Ipsum is not simply random text. It has roots in a piece of classical Latin literature from 45 BC, making it over 2000 years old. Richard McClintock, a Latin professor at Hampden-Sydney College in Virginia, looked up one of the more obscure Latin words, consectetur, from a Lorem Ipsum passage, and going through the cites of the word in classical literature, discovered the undoubtable source.