Difícil explicar el buen partido azulgrana de anoche tras la reciente debacle
de Vallecas hace apenas tres días si no es bajo la óptica de que miran de reojo
lo que hace el Madrid: “Si los
blancos pierden, podemos relajarnos. Si ganan, nos ponemos las pilas no vaya a
ser que se lo crean”. Otra razón adicional es la vuelta al esquema de
cuatro centrocampistas: es con el que mejores partidos se le ha visto al Barça durante
el campeonato. Añádase el regreso de los lesionados. Como el de Christensen, el
gran fichaje tapado de la temporada. El mejor en relación rendimiento-precio.
Por si fuera poco su aplomo defensivo, el danés también aporta en ataque: su
gol tempranero es de los que ayudan a calmar los nervios de culés ochenteros
que vieron perder ligas “ya ganadas”.
Súmese la (rigurosa) expulsión de
un jugador del Betis a la media hora y el automático gol apenas 3 minutos
después de Robert –el gol llama a su puerta– que acompasaba el balón hacia la
base del palo tras una buena asistencia de Koundé. Y cuando todo se pone de cara, hasta puede suceder que Raphinha sea
capaz de controlar un balón. O que remate de primeras. O que marque y que el
VAR no lo anule por escasos milímetros. Y si pasa todo eso a la vez es que definitivamente
es tu día. Eso sí, tras varios minutos de incertidumbre y de espera
buscando el mechón de cabello o la hebra de hilo que podía ser decisiva en la
jugada. Hubo un tiempo en que la normativa aconsejaba que “en caso de duda, se
debía dejar seguir la jugada”. Porque en el fútbol, dos milímetros no le dan
ventaja a ningún jugador. Así que cada vez se hace más difícil entender esa búsqueda milimétrica del fuera de juego: el espíritu de la norma era, es y será
que nadie se quede haciendo de palomero.
Subido el gol del brasileño al
marcador, se llegaba con tres a cero al descanso, buenas sensaciones y partido
cómodo y finiquitado. Como en los (ya muy) viejos tiempos. Por ello, la segunda
parte fue solo un reguero de anécdotas y estadísticas. Como la ovación del Camp Nou a Joaquín. El sevillano es un ejemplo de
cómo ser un extremo con desborde, bastante gol, mucha guasa y, aún así, caerle
bien a todas las aficiones rivales. Algo que nunca entenderán los Ficticius de
la vida. Ovacionada también, aunque en menor intensidad, fue la salida de
DembeLOL al campo en su enésimo regreso: tal vez porque nadie sabe cuánto
tiempo tardará en volver a caer lesionado.
Por su parte, Robert se pasó toda
la segunda llamando a la puerta del gol. Sentir el aliento de Benzema en el
cogote parece haberle alertado de que su Trofeo Pichichi no estaba tan claro
como el alzar el campeonato de liga. Sí lo está el del Zamora, con una nueva
valla a cero por parte de Sansón Ter Stegen, ya a pocos partidos de dejar un
récord que tardará décadas en ser superado. Y por último, el debut del adolescente-casi-niño
Lamine Yamal. Ya había amagado Xavi con
darle minutos pero ningún partido se le había puesto lo suficientemente cómodo
para permitírselo. Algo que habla (muy) mal del técnico: pocos dudan de que
Johann lo habría hecho debutar en la vuelta de la Copa contra el Madrid. El
chaval apenas tuvo 10 minutos pero fueron suficientes para dejar destellos de su
calidad: casi un gol y casi una asistencia. Eso sí, harán bien explicarle que
en el fútbol, los “casis” no valen para nada. Porque cerca de él, quien
apuntaba a ser el nuevo Eto’o se ha quedado en casi la cuarta parte de lo que
apuntaba.
Contrary to popular belief, Lorem Ipsum is not simply random text. It has roots in a piece of classical Latin literature from 45 BC, making it over 2000 years old. Richard McClintock, a Latin professor at Hampden-Sydney College in Virginia, looked up one of the more obscure Latin words, consectetur, from a Lorem Ipsum passage, and going through .
Contrary to popular belief, Lorem Ipsum is not simply random text. It has roots in a piece of classical Latin literature from 45 BC, making it over 2000 years old. Richard McClintock, a Latin professor at Hampden-Sydney College in Virginia, looked up one of the more obscure Latin words, consectetur, from a Lorem Ipsum passage, and going through the cites of the word in classical literature, discovered the undoubtable source.