No hace falta decir que si eres un seguidor de los juegos de lucha, 2023 se está perfilando como tu año e incluso, potencialmente, como uno de los mejores de la historia de los videojuegos. Cuando se combinan los previsibles lanzamientos de sagas míticas como Street Fighter, Mortal Kombat y Tekken en un periodo que no llega ni a los 12 meses, lo cierto es que es para estar de enhorabuena.

Precisamente la primera de las franquicias previamente mencionadas es la que se estrena en el presente año y lo cierto es que después de la complicada puesto de largo de la entrega previa, allá por 2016, había mucha expectación por ver cómo mejoraba Capcom su propuesta y esa será la piedra angular de nuestras impresiones.

Errores del pasado

Tal como comentábamos, Street Fighter 5 fue muy criticado por un contenido algo escaso en su lanzamiento, aunque Capcom fue corrigiendo ese fallo merced a una hoja de ruta muy robusta que terminó convirtiéndole en una excelente apuesta… cuando habían pasado un par de años.

Convencidos que no debían tropezar dos veces en la misma piedra, la desarrolladora japonesa tuvo muy claro que se tenía que esmerar mucho para la siguiente entrega y está claro que han venido con los deberes hechos, porque la verdad es que Street Fighter 6 ha reforzado su propuesta hasta límites insospechados, ilusionando de nuevo a una legión de seguidores que están respaldándolo con unas importantes cifras de ventas en los primeros días desde su estreno.

A fin de cuentas estamos hablando de una de las sagas míticas, no sólo del género de lucha, sino del mundo de los videojuegos en general, y ese legado de más de 30 años tenía que estar a la altura. Con eso en mente, Capcom ha incorporado tres excelentes modos de juego para que los usuarios tengan el aliciente de emplear innumerables horas en esta sexta entrega y esos son el World Tour, Fighting Ground y Battle Hub.

Aunque todos ellos se complementan de forma soberbia pese a tener un propósito bien diferente, la verdad es que el contenido nos proporciona una relación calidad-precio prácticamente insuperable y amenaza con robarnos horas de vida (o de sueño). 

El primero, World Tour, hace las veces del modo historia que se ha visto en otros títulos, siendo Yakuza el ejemplo más cercano, con un personaje que se adentra por los míticos lugares de la Metro City del Final Fight. Gracias a diversas misiones y recados, vamos a ser capaces de mejorar sus habilidades a la vez que conoceremos a leyendas como Ryu o Chun-Li que van a compartir sus secretos con nosotros a la vez que establecemos lazos personales en una progresión que tiene ciertas reminiscencias roleras.

No llega al nivel de un modo campaña con sus logradísimas cinemáticas, como es marca de la casa en Mortal Kombat, pero la propuesta es entretenida y sirve como una especial de tutorial al nuevo sistema Drive del que hablaremos más adelante. 

Sin embargo, no deja de ser un entrante para la parte mollar del título: el modo Fighting Grounds. Con él vamos a pasar muchas horas puliendo nuestras habilidades contra rivales offline manejados por la IA. Ofrece un grado de personalización en los combates que le da un picante extra a la oferta.

Más allá de una brillante exposición que desgrana los movimientos especiales de los 18 luchadores iniciales que tiene Street Fighter 6 —entre viejos conocidos y rostros nuevos como Jamie, Manon, Kimberly, Marisa, Lily o JP—, esta modalidad nos ofrece la oportunidad de mejorar nuestra técnica tanto si somos iniciados o veteranos del género con una serie de pistas que son muy de agradecer cuando queramos adentrarnos en el competitivo online.

Por último y para nada menos importante, está el modo Battle Hub, que es donde podremos comprobar nuestros progresos o comprobar que se necesita algo más de formación. Lo primero de todo es destacar la fluidez en nuestra experiencia online, y es que resulta maravilloso que no haya ni rastro de los clásicos problemas de matchmaking o lag en los días posteriores de lanzamiento. Un 10 para la desarrolladora en ese sentido.

Mejorando la excelencia

Sin obviar una identidad visual que es marca de la casa Street Fighter, esta sexta entrega exprime la solución gráfica RE Engine que hemos visto en la franquicia Resident Evil con unos resultados espectaculares. La magia que Capcom ha hecho con este motor es digna de encomio y los combates rezuman calidad y brillantez a partes iguales con unos rocosos 60 fps que son de agradecer para el género.