La nueva generación en el sistema de realidad virtual de Sony PlayStation ya está aquí.  Había muchas expectativas por comprobar las posibilidades que ofrecería la unión entre la PlayStation 5 y la PSVR2. Por este motivo, la necesidad de un catálogo de lanzamiento poderoso era más significativa que nunca para cautivar a un sector que está ávido de experiencias, pero que debe hacer un desembolso importante para llegar a disfrutarlas.

Es aquí donde entra en juego Horizon. Call of the Mountain, uno de los títulos más potentes, que coincide con el estreno del sistema y punta de lanza de una de las propiedades intelectuales más atractivas que tiene Sony en su haber como es la franquicia Horizon. Por todo lo anterior, la exigencia sería máxima para una IP tan querida. Procedemos a daros nuestras impresiones en su estreno en la VR.

Un viejo conocido

Lo primero que hay que decir es que no vamos a seguir las aventuras de Aloy tal como sucede en las dos celebradas entregas de Horizon, Zero Dawn y Forbidden West. Se ha decidido recurrir a un personaje nuevo como es Ryas, un Carja Sombrío que va a ser nuestra correa de transmisión en una aventura mastodóntica, no sólo por su escala que se potencia con inteligencia, sino también por los enemigos a los que nos vamos a enfrentar. Esa es una referencia que sólo podemos apreciar en la realidad virtual al contrario que en el glorioso título de acción.

En nuestro camino a encontrar la redención, Ryas inicia su historia con una demostración del músculo de la PSVR2 que nos recuerda poderosamente la legendaria introducción de Skyrim. Mientras navegamos por el río, las máquinas que pueblan este mundo surgen a nuestro alrededor y no hay palabras para describir las sensaciones que eso produce, tal como sucedía en Horizon Zero Dawn en el descubrimiento de este nuevo mundo.