Soy un apasionado del fútbol. Jugarlo, verlo y entenderlo. Podría pasarme horas. También he aprendido a sufrirlo siendo seguidor del Arsenal. Me quedé prendado de Henry, Bergkamp y Vieira, —uno más de tanto—-, pero seguí al pie del cañón, encandilado por una Premier League cuyo fútbol me tiene loco. De Barcelona y de Bukayo Saka.